Seguro que has oído hablar de la famosa Ashwagandha, hoy vamos a ver qué es, para qué sirva y cómo puede ayudarte.
La ashwagandha (Withania somnifera) es una planta usada desde hace siglos en la medicina ayurvédica. Hoy se ha vuelto popular en todo el mundo por sus posibles efectos para reducir el estrés, mejorar el descanso y aumentar la energía. Pero, ¿qué hay realmente detrás de esta hierba tan mencionada?
¿Qué es la ashwagandha?
¿Qué es la ashwagandha o también llamada “ginseng indio”? La ashwagandha es una raíz que se consume en polvo, cápsulas o extractos. Se considera un adaptógeno, es decir, una sustancia que ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés físico o mental.
Aunque tiene larga tradición, su fama actual se debe a que la ciencia moderna está comenzando a respaldar algunos de sus efectos, especialmente en la reducción del estrés.
Beneficios de la ashwagandha
Dentro de los beneficios de la ashwagandha, podemos encontrar:
- Estrés y ansiedad: varios estudios han demostrado que puede disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y mejorar el bienestar general.
- Mejor rendimiento físico: investigaciones señalan que puede aumentar la fuerza, la resistencia y la recuperación muscular, especialmente en personas que entrenan con frecuencia.
- Sueño y energía: algunas personas reportan dormir mejor y tener más vitalidad durante el día.
- Memoria y concentración: estudios preliminares muestran mejoras leves en atención y memoria, aunque aún falta más evidencia.
- Fertilidad masculina: ciertos ensayos han observado un aumento en la testosterona y la calidad del esperma, pero solo en casos específicos.

Cómo tomar ashwagandha
Para tomar la ashwagandha correctamente, hemos acudido a los estudios que hay tras ella y las dosis más comunes oscilan entre 300 y 600 mg diarios de extracto estandarizado, repartidos en una o dos tomas. Puede tomarse por la mañana o antes de dormir, según el objetivo.
Se encuentra en polvo, cápsulas o tabletas, y suele combinarse con otros adaptógenos como la rhodiola o el ginseng. Aun así, no debe sustituir una alimentación equilibrada, descanso, ni ejercicio regular.

Efectos secundarios y precauciones
Aunque suele ser segura hay que tener ciertas precauciones ya que la ashwagandha puede producir efectos secundarios y causar malestar estomacal, somnolencia o diarrea.
No se recomienda durante el embarazo, lactancia o en personas con enfermedades autoinmunes, hepáticas o tiroideas. Además, puede interactuar con medicamentos para la presión, la glucosa o los sedantes.
Conclusión
La ashwagandha puede ser un gran aliado natural para gestionar el estrés y mejorar tu bienestar, siempre que se use con sentido común. No es una solución milagrosa, pero sí un complemento interesante dentro de un estilo de vida saludable.
Antes de comenzar, consulta con un profesional de salud para asegurarte de que es adecuada para ti.

