Se denominan alimentos ultraprocesados aquellos que han sido sometidos a mucha transformación. Se les reconoce por su lista larguísima de ingredientes, siendo muchos de estos aditivos, conservantes, colorantes, gran cantidad de azúcar y grasas de baja calidad. En definitiva, alimentos que han perdido por completo la matriz del alimento original.
Otra característica es que suelen ser alimentos muy altos en calorías. Entre ellos se encuentran las bebidas azucaradas, precocinados, bollería industrial, carnes procesadas, galletas, lácteos azucarados, postres, dulces, cereales refinados, pizzas, nuggets, snacks, etc.
Hay que diferenciarlos de los buenos procesados, que son alimentos que han sufrido una transformación simplemente para facilitarnos su consumo. Por ejemplo: los pescados congelados, las conservas de verduras y legumbres, los lácteos como el yogur o queso, etc., son alimentos que siguen siendo de calidad.
Los ultraprocesados están elaborados para que su consumo sea difícil de abandonar. A nuestro organismo le resulta muy difícil reconocer estos productos y un consumo continuado es fatal para la salud, pudiendo aumentar el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia.
Son altamente adictivos porque los ingredientes que contienen están diseñados para que nos activen los mecanismos de recompensa y nos hagan sentir bien. Si dejamos de consumirlos, se puede experimentar síntomas como malestar, ansiedad, dolor de cabeza…, por suerte, estos efectos duran poco tiempo.
Beneficios de dejar de consumir alimentos ultraprocesados
- Mejora el estado de ánimo. Aumenta la energía y disminuye la fatiga, ansiedad e irritabilidad.
- Mayor concentración. Gracias a que el cerebro deja de recibir exceso de azúcar.
- Reduce el hinchazón e inflamación. Se deja de retener líquidos por el exceso de sodio y azúcar de estos productos.
- Recupera la capacidad de saborear. Los potenciadores de sabor que se les añade a los ultraprocesados, distorsionan el sabor real de los alimentos.
- Mejora del sueño y descanso. Mantiene el azúcar en sangre estable y mejora las digestiones.
- Facilita la digestión. Como consecuencia de dejar las harinas refinadas y aumentar los cereales integrales y vegetales.
- Menor riesgo de enfermedades. Mejora la presión arterial, el colesterol, la microbiota y refuerza así el sistema inmunitario.
¿Cómo dejar de consumirlos?
La mejor manera es introducir en todas sus comidas alimentos frescos y naturales, como los que se encuentran en los mercados tradicionales. Y no insistir tanto en dejar de consumir los ultraprocesados, por la resistencia psicológica tan fuerte que produce este cambio.
Si quieres lograrlo, lo ideal sería hacerlo de manera progresiva. Al ir aumentando los alimentos saludables, se van a ir desplazando los ultraprocesados. Se genera menos ansiedad y el cambio es más fácil porque no hay prohibiciones de ningún alimento.
Para conseguir éxito en el cambio de hábitos es fundamental una buena planificación. Es la mejor forma de garantizar que eliges la comida con cabeza y evitas las improvisaciones de última hora. Conviene diseñar un menú semanal, en el que se incluyan alimentos sanos y naturales como verduras, frutas, legumbres, carnes, pescados, huevos… Después, hacer una lista con todos los ingredientes necesarios para elaborar el menú e ir a comprarlos, cogiendo lo necesario para no desperdiciar.
Hacerse con un recetario de comidas fáciles, sanas y rápidas te vendrá muy bien cuando te falten ideas para cocinar. Y además podrás incluir recetas con tus platos preferidos en una versión más saludable. O si entre semana no tienes mucho tiempo, el batch cooking es tu solución. Se trata de elegir un día del fin de semana y cocinar en pocas horas la comida de toda la semana, evitando tener que improvisar o echar mano de ultraprocesados.
A veces resulta difícil dejar de comer ultraprocesados ya que incluso la industria se encarga de poner fácil su consumo. Sin embargo, si quieres cuidar tu salud, aléjate lo máximo de ellos.
Y ya sabes, pasa de dietas.
