¿Te sientes hinchada sin haber comido mucho? ¿Te cuesta concentrarte o te notas más irritable de lo normal? Puede que no sea solo cansancio. En este artículo vamos a saber si estás inflamada o agotada, observando las señales que tu cuerpo no quiere ignorar, esas, que tu cuerpo lanza cuando algo no va bien, aunque no duela
La inflamación no siempre es mala. Es una respuesta natural del cuerpo para protegernos. El problema aparece cuando se vuelve crónica, es decir, cuando está presente todo el tiempo, sin una causa clara. Y lo peor: muchas veces ni siquiera sabemos que está ahí.

Señales que solemos normalizar
Estas son las señales más habituales que solemos normalizar:
- Fatiga constante, aunque duermas bien.
- Hinchazón abdominal o digestiones pesadas.
- Cambios de humor sin motivo aparente.
- Dolor articular leve pero persistente.
- Piel apagada o brotes repentinos.
Estas señales no siempre significan que tienes una enfermedad, pero sí que tu cuerpo está pidiendo atención.
¿Qué provoca la inflamación crónica?
La inflamación crónica puede estar provocada por el estrés, la falta de descanso, el exceso de azúcar y ultraprocesados, el sedentarismo o incluso el uso excesivo de pantallas. No se trata de vivir obsesionada con lo “saludable”, sino de entender qué hábitos nos están restando energía.

¿Qué puedes hacer para evitar la inflamación?
Para evitar la inflamación crónica, no necesitas una dieta perfecta, ni meditar todo el día. Pequeños cambios pueden marcar la diferencia:
- Añade más alimentos frescos y coloridos a tus platos.
- Reduce el azúcar y los productos muy procesados.
- Prioriza el descanso y el movimiento suave.
- Escucha tu cuerpo sin juzgarlo.
- Aparta todos los días un momento de tranquilidad para ti.
La inflamación silenciosa no se ve, pero se siente. Y aprender a identificarla es el primer paso para recuperar tu energía, tu claridad mental y tu bienestar.
Escucha a tu cuerpo
Si algo de esto te resuena, no lo ignores. Tu cuerpo no está exagerando: está hablando claro. Empieza por observarte, hacer pequeños cambios y buscar información que te ayude a entenderte mejor. Porque cuidar la inflamación no es una moda, es una forma de reconectar contigo.

